No es habitual buscar un terrario para caracoles, pero tú eres diferente al resto, ¿verdad? Pocos son los que tienen por mascota a un molusco gasterópodo con concha espiral. Vamos, lo que viene a ser un caracol.
¿Por qué comprar un terrario para caracoles?
¿Tu casa llena de caracoles por paredes y suelos? No lo veo… y tus vecinos tampoco.
Lo principal es que el terrario mantenga los niveles necesarios de humedad -cosa también a tener en cuenta en un terrario para ranas– y tenga la ventilación adecuada.
Evita que el sol incida sobre el terrario de forma directa. Esta opción sería nefasta para tus mascotas.
Con un pulverizador o un sistema de lluvia adecuado podrás proporcionar a tus caracoles esa humedad que tanto necesitan. El terrario deberá tener un sustrato a base de tierra, fibra de coco o turba rubia sin fertilizar (es lo más recomendable porque evitan la aparición de hongos). Además, a los caracoles les encanta enterrarse durante horas.
Coloca la comida en recipientes para que no se mezcle con la tierra y el sustrato. Apórtales calcio mediante huesos de jibia o los bloques de calcio que se utilizan para las tortugas.
Curiosidades de los Caracoles
El caracol es un gasterópodo, con pulmones, hermafrodita, y arrastra su casa -la concha- a cuestas. Le gustan los ambientes húmedos. Se arrastra por el suelo segregando una especie de mucus. Ahora está de moda hacer cremas con estas babas para tener la piel tersa.
Los caracoles son animales herbívoros y, como ya sabrás, muy lentos. Su mucus (moco o baba de caracol) le sirve para desplazarse, como elemento que ahuyenta a otros animales (hormigas), regula su temperatura, etcétera.
El caracol terrestre más grande del mundo es el africano (llega a los 30 centímetros). La concha del caracol crece proporcionalmente a lo que crece éste.
Los caracoles hibernan. Viven de dos a tres años, pero suelen morir antes, ya que son el alimento de multitud de depredadores.